«El Silbón es un espanto de la sabana, que persigue y asombra a las mujeres solas, y a las que están embarazadas, cuentan que las asesina para descansar en el alma inocente de sus criaturas… Pero, más particularmente le gusta aleccionar a aquellos hombres parranderos que tienen por costumbre abandonar a sus mujeres, para marcharse a los bailes y fiestas del pueblo.
El silbón es el ánima en pena de un hijo que mato a su padre para comerle las «asaduras» y que, maldito por la madre, fue condenado a vagar eternamente, sin descanso, por parajes y caminos solitarios, llevando tras de sí como penitencia los huesos de su padre; y como tormento a un perro de nombre «Tureco», que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones»…